"…No hay miseria más grande en esta vida que la ausencia de la
corrección y la disciplina de Dios. Aquellos cuyas vidas adolecen de estas
marcas deben preocuparse. Si Dios nunca les ha enviado problemas, si sus vidas
siempre han sido fáciles, entonces están en el peor estado posible. Cuando Dios
no se preocupa por corregir y probar a una persona, esa persona está perdida.
Los incrédulos pueden sentirse felices porque Dios no les corrige, pero su
sentimiento de seguridad es falso. Muy lejos de indicar que todo está bien con
ellos, indica lo contrario, que todo está mal. La prosperidad ha sido una
piedra en la cual han tropezado millones; tropezaron, cayeron y fracturaron la
cerviz de su alma para siempre".
Tomás Brooks
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